Málaga: ecuador agridulce

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Medem eclipsa en el ecuador de un Festival de Málaga con sabor agridulce

Por María Sánchez


Pasado ya el ecuador del festival malagueño, que será clausurado el próximo sábado, cuando se conocerá el palmarés de la Sección Oficial de Largometrajes, tanto la organización como los responsables políticos, quienes han aportado ya algunos datos que muestran que sus resultados están siendo “muy superiores”, en cuanto a asistencia de público, a la edición anterior, realizan un balance positivo del mismo. Con la mayoría de cintas ya proyectadas y opiniones variopintas sobre una edición caracterizada por la austeridad, puesto que, como apuntaba el director del festival, Carmelo Romero, recortando un día en su duración tradicional, se ha buscado “conseguir la máxima eficacia con el mejor costo posible”, habrá que esperar a la decisión de los correspondientes Jurados.

Medem, durante el rodaje de `Habitación en Roma´Al margen de ello, la semana ha dejado una variada cosecha de producciones candidatas a la biznaga en Málaga pero, sobre todo, ha despejado las especulaciones acerca del nuevo trabajo de Julio Medem, presentado fuera de concurso ayer jueves, como aperitivo a su proyección al público durante la gala de clausura del sábado, ante los medios. Y es que después de su, para muchos decepcionante, Caótica Ana, el estreno de Habitación en Roma ha suscitado gran interés entre la crítica. Sobre todo porque de la película, que narra, a modo de remake, en femenino, de la chilena En la cama con Matías Bize, una noche de amor entre dos mujeres (la española Elena Anaya y la ucraniana Natasha Yarovenko), se esperaba, según las habladurías, una historia cuasi porno. Se sabía que ambas protagonistas aparecían desnudas durante toda la cinta, lo que incluso provocó que robaran el material rodado durante la primera semana, según ha explicado el propio Medem, y éste saltara en la Red en forma de un tórrido trailler. En cualquier caso, su apuesta por poner, siguiendo las palabras del director, quien se ha mostrado indignado con estas habladurías, “a dos mujeres en trance amoroso con la intención de naturalizar la relación” (y es que no sólo se muestran desnudas físicamente), ha dado, en general, buen resultado entre los medios. Y es que no sólo se muestran desnudas físicamente, sino que el cineasta vasco huye de trucos interpretativos, acierta en los diálogos y vuelve a desplegar su sutileza estética en cuanto al uso de una variada música (temas de Enrico Lo Verso y Najwa Nimri acompañan a Russian Red) y al movimiento de la cámara. Con estos ingredientes, Room in Rome ha relegado a un segundo plano la cobertura mediática de largometrajes que, compitiendo en la sección oficial del certamen, se han estrenado en paralelo.

HéroesEntre estas, Héroes, película que, pese a lo anterior, ha arrancado lágrimas en Málaga y se erige, junto a Bon Apetite o Planes para mañana, en firme candidata al premio que otorga la crítica. Dirigida por Pau Freixas, quien tras hacer, como él mismo ha apuntado, “películas de género en las que contaba cosas que en el fondo no importaban, quería hacer una desde el estómago”, supone un viaje a su propia infancia, a su historia familiar, su relación con los amigos, sus sentimientos y sus traumas que, ambientado en los 80, retrata lo que para él es la “ingenuidad” de entonces frente al “cinismo de hoy”. Lo hace narrando en dos tiempos, a través de dos personajes (un niño de ayer y un hombre de hoy), con un nutrido reparto en el que Eva Santolaria, Álex Brendemühl, Lluis Homar y Emma Suárez representan a los adultos, y rostros ya conocidos como Nerea Camacho (Camino), a los jóvenes, y de la mano de Albert Espinosa (guionista de Planta Cuarta) ahora coguionista junto a Freixas.

El idioma imposibleTambién acontece en los años 80 ―en este caso mostrándonos el lado más oscuro de esta década, la heroína― otra de las cintas que se han podido ver en Málaga, El idioma imposible. Se trata de la incursión en el largometraje de Rodrigo Rodero, y cuyo título, tomado de la novela homónima del fallecido Francisco Casavella, incluida en la trilogía El día del Watussi, hace referencia, según ha explicado Rodero, que ha contado, para el reparto, con dos cantantes (Toni Zenet y Helena Miquel), “a las canciones que se oían en inglés en esos años y que mucha gente no entendía, pero que les daba pie a crearse sus propias historias en la cabeza, más interesantes incluso que las propias letras”.


Sabor europeo

Bon Appètit
Pero no sólo son canciones lo que hemos podido escuchar estos días en inglés en Málaga. Así, la cinta Bon Appètit, de David Pinillos, fue estrenada en este idioma el pasado lunes en la sección Oficial del certamen dejando con muy buen sabor de boca a los asistentes. No sólo por la brillante actuación de sus protagonistas, Unax Ugalde, como joven y prometedor chef que viaja a Zurich a labrarse un futuro, y Nora Tschirner, como sommelier, y porque la historia resulta creíble, sino porque esta ópera prima, rodada en varios idiomas, en distintas ciudades y con un reparto internacional, supone un ejemplo a seguir de las posibilidades europeas del cine español. La cinta, que gustará sobre todo a soñadores que no reconocen serlo y que tiene papeletas para el palmarés, huye de convencionalismos y encierra entre fogones una nada convencional ni ñoña historia de amor que rebaja su tono sentimental con dosis de realismo y humor mediante acertados guiños y juegos de palabras idiomáticos.


El amor no tiene edad… ni tampoco el sexo

La vida empieza hoy
Si Pinillos nos ha dejado una visión del amor nada convencional, Laura Mañá, habitual ya en Málaga con su cine de género, ha hecho lo propio con el sexo. De ello habla en La vida empieza hoy, su nueva película, una comedia coral sobre descubrimientos eróticos en personas maduras que toma forma cuando un grupo de ancianos comienza a asistir a clases de educación sexual y, con ello, a enfrentarse a sus complejos. Entre el reparto, Mariana Cordero, Rosa María Sardá, Sonsoles Benedicto y Pilar Bardém. “Quién me iba a decir a mí que tendría que esperar a los 70 para desnudarme en el cine”, bromeó en la rueda de prensa ésta última, reconociendo su satisfacción por haber trabajado con Mañá. Una apuesta arriesgada y divertida que parece haber funcionado también en Málaga.

Dios de MaderaAl contrario, otra de las cintas en las que también las relaciones amorosas y sexuales en las que la edad parece no importar, Dios de Madera, protagonizada por otra gran actriz, Marisa Paredes, no ha tenido, pese a las expectativas, demasiada trascendencia. Segundo largometraje dirigido por el escritor Vicente Molina Foix, narra el modo en que una madre y su hijo gay, María Luisa (Marisa Paredes) y Roberto (Nao Albert), se enamoran, respectivamente, de Rachid (Soufiane Ouaarab) y Yao (Madi Diocou), dos inmigrantes en situación irregular que buscan una oportunidad para salir adelante en España. Y es que a la película, que pretende ser, así, con Valencia como telón de fondo, “una fábula sobre la llegada del nuevo mundo al viejo mundo”, le sobran metros y le falta emoción y conexión narrativa y visual.

A falta del estreno de los dos últimos largometrajes de la Sección Oficial, Circuit, de Xavier Ribera Perpiñá, y Una hora más en Canarias, comedia de David Serrano que puede arrebatar el premio del público a Que se mueran los feos, el panorama es, como en nuestro cine, agridulce.

CircuitUna hora más en Canarias

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