Premios Europeos de Cine

El gran triunfo de Polanski


Escribe Mister Arkadín

Roman Polanski
Roman Polanski ha pasado este año 2009 por una especie de infierno particular. Es como si el pasado hubiera vuelto sobre él. Ese pasado del que parece imposible liberarse.

Esa furibunda persecución de un juez norteamericano (¿existen detrás implicaciones de tipo político?) por el triste suceso en el que se vio envuelto hace años (la violación de una menor —¿también ingenua? — aspirante a actriz) le llevó a permanecer recluido en Suiza mientras esperaba la decisión de los jueces. Lo que iba a ser un homenaje se convirtió en pesadilla. Polanski había acudido invitado a un festival de cine en Suiza, de la misma manera que durante años anteriores había acudido a festivales europeos sin que nadie le detuviese.

El Escritor
El escritor (El escritor fantasma en el original, es decir el escritor que no existe, lo que entre nosotros denominaríamos el “negro”), su última película, es una gran película que puede verse como una representación de la propia existencia/vida de Polanski: el hombre perseguido por el destino y que se ve obligado a asumir la personalidad de otro. Un filme que, en cierta forma, nos lleva a recordar una de sus películas anteriores, El quimérico inquilino. El escritor posee uno de los planos finales más lúcidos y rotundos del último cine: la muerte fuera de campo del protagonista mostrando claramente el propio sentido del filme: no vemos su muerte porque el personaje nunca ha existido. Es un fantasma, el sin nombre.

Polanski ha triunfado con esta película en los Oscar europeos, los premios de la Academia del cine europeo de este año. Un triunfo por todo lo alto. Se ha llevado nada menos que cinco galardones (mejor película, mejor director, mejor actor, mejor guión, mejor banda sonora y mejor dirección artística). Pero Polanski no ha podido estar presente (tampoco el protagonista del filme pero éste por otros motivos: estaba rodando una nueva película) ya que los premios (las ciudades donde se lleva a cabo la ceremonia van cambiando) se concedieron en la ciudad de Tallin, la capital de Estonia, y ese país tiene convenio de extradición con Estados Unidos. Así que por si acaso la historia comenzaba a repetirse, decidió no ir. Eso sí, habló y agradeció el premio por videoconferencia.

Otros premios fueron para la (excelente) actriz del filme Lourdes (Sylvie Testud). El mejor filme documental fue para Nostalgia de la luz de Patricio Guzmán. Una de las películas favoritas Lebanon de Samuel Maoz, tuvo que conformarse con el premio a la mejor fotografía y el de la crítica Internacional. El mejor montaje fue para Carlos de Assayas. El premio al filme de animación recayó en El ilusionista.

Por su parte Brunoi Ganz recibió el premio especial por toda su carrera así como el músico Gabriel Yared

El cine español se ha ido de vacío (algunos de los filmes de acá que optaban a premio —al mejor guión— era Celda 211).

Wim Wenders presidente de la Academia del cine europeo anunció que el 25 aniversario de la concesión de los premios europeos se celebraría en Valletta, la capital de Malta

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