Crítica de El solista
Escribe Gabriela Mársico
El solista, filme dirigido por Joe Wright, escrito por Susannah Grant, basado a su vez en el libro del periodista Steve Lopez (Robert Downey Jr.), nos cuenta la historia de Nathaniel Anthony Ayers (Jamie Foxx) un músico prodigio afro-americano que de la prestigiosa escuela de música Julliard va a parar sin escalas a tocar un raído violín de dos cuerdas a las sucias calles de Skid Row, un reducto en las afueras de Los Angeles poblado por desposeídos, indigentes, drogadictos y enfermos mentales.
La vida tiene una mente
Steve Lopez, sufre un accidente en bicicleta recorriendo los sinuosos caminos de Los Angeles (una toma aérea nos muestra las entrecruzadas rutas que tanto se asemejan al neocórtex de un cerebro) al distraerse por escuchar una bella música... López es el que descubre a Nathaniel tocando el violín bajo la estatua de Beethoven. Conmovido por el virtuosismo del músico devenido callejero, Steve decide escribir para la columna del diario Los Angeles Times la historia de vida del músico homeless: La vida tiene una mente.
Beethoven, un ser aparte...
La tercera sinfonía de Beethoven que recorre el filme de principio a fin está inspirada en Bonaparte, y así iba a llamarse sino fuera porque el ídolo de Beethoven, puso al descubierto, demasiado pronto, sus dotes de tirano. Por eso se llamó La Heroica, en honor a los verdaderos líderes del pueblo, y en contra de todos los tiranos...
La sinfonía se inicia con un primer movimiento vigoroso de fuerza arrolladora: ¿el germen del genio que crece y lucha por desarrollarse? Luego, el segundo, introduce una marcha fúnebre, que mucho se asemeja al alarido de dolor de una voz humana: ¿la lucha infructuosa del genio por desarrollarse contra un medio hostil que aborta toda posibilidad de desarrollo provocando así la caída irremediable en la locura? El tercero es un scherzo, y está planteado como una escena de batalla entre dos fuerzas enfrentadas que bien podrían representar la lucha entre la cordura y la locura.
No es casual que Nathaniel admire con tanta vehemencia a Beethoven y a sus sinfonías, tal vez por eso se cobije bajo su estatua, porque quizás sienta alguna afinidad con el espíritu independiente e indomable que expresa su música plena de alegría, libertad y solidaridad.
Cien años de soledad
Tal vez nos suene conocida la crisis económica, política y social que atraviesa la historia de vida de Nathaniel, una joven promesa que debido a las presiones del sistema, sucumbe y termina sus días en la calle como indigente. Quizás, también nos resulte familiar la crisis de un medio tan poderoso e influyente como el periódico Los Angeles Times que se deshace de periodistas con la misma facilidad y rapidez con la que el gobierno norteamericano despide 30.000 profesionales de la enseñanza produciendo así el colapso del sistema educativo que hace años se encuentra en plena decadencia. Por eso ya no sorprende que los jóvenes no lean ni siquiera los diarios, y que el gobierno junto con los medios masivos de información sean los responsables de que la gente descrea de los funcionarios tanto como de las noticias escritas por operadores de gobierno, y no por verdaderos periodistas, como por ejemplo Steve Lopez que recorre Los Angeles en bicicleta porque sabe o intuye que la verdadera vida está en la calle y el verdadero protagonista de sus columnas es justamente el hombre de la calle.
El filme El solista nos hace reflexionar además sobre el destino de los 90.000 indigentes que se agolpan en Skid Row, un reducto de miseria, crimen y prostitución a unos pocos kilómetros de una de las zonas más exclusivas, ricas y privilegiadas del planeta.
Pero, a no desesperar, porque si bien hace años el gran Jonathan Swift daba una solución para combatir la pobreza en Irlanda instando a los adultos a comer niños, el alcalde de la espléndida y opulenta ciudad de Los Angeles no se queda atrás, llevando a cabo una idea menos original pero mucho más efectiva: envía al Departamento de Policía de los Angeles a arrestar cientos de indigentes de Skid Row por posesión ilegítima de carritos de supermercado...
Y si esto no bastara para poner las cosas en su sitio, podemos recurrir a la nutritiva y siempre edificante cultura corporativa norteamericana que además de producir bienes tanto como miseria, locura y crimen, brinda un consejo a todos los pobres y solitarios del mundo: "si te sientes solo, házte esquizofrénico..."
Os gusto la primera película de este director?
ResponderEliminarA mi poquito. Esta es la segunda. Se estrena en España el mes que viene. Los argentinos van mas adelantados que nosotros. Parece que les gusta bastante. Por lo menos a quien escribió la crítica. Espero que sea así de buena