La elipsis cinematográfica: 2001, una odisea del espacio (Stanley Kubrick) y El sur (Víctor Erice)
Continuando con el análisis de escenas cinematográficas de interés y aprovechando que estos días se ha hablado del 40 aniversario de la llegada del hombre a la Luna se ha citado frecuentemente la película 2001, una odisea del espacio, y hablando de esta película no podemos pasar por alto el mejor ejemplo de elipsis. La elipsis es una figura gramatical que consiste en la supresión de una o más palabras en una frase, sin que esta eliminación suponga una pérdida de significado.
En el cine la elipsis supone un salto en el tiempo o en el espacio y es una característica inherente al lenguaje cinematográfico pues confiere agilidad al relato eliminando aquellos bloques que no aportan información sustancial al relato. Por ejemplo, si un personaje sale de su casa para ir la cine, mediante la continuidad a través del montaje de los dos espacios (casa y cine) entendemos que el personaje se ha desplazado de un lugar a otro, obviando el trayecto. Las elipsis cinematográfica puede incorporar también elementos sonoros (voces de los personajes, voz en off, efectos de la banda sonora) o elementos gráficos a través de rótulos en pantalla (“un mes después”, “diez años más tarde”).
Pero cuando la elipsis tiene verdadera importancia es cuando trasciende más allá de su carácter instrumental y se convierte por sí misma en generadora de contenido. En la película de Kubrick tenemos la evolución del hombre representada a través de esos planos donde se une el lanzamiento del hueso con la nave espacial. Esta elipsis tiene un doble valor; en primer lugar elimina todo el periodo conocido por el hombre pues precisamente a Kubrick lo que le interesa es el pasado y el futuro, y en segundo lugar, la unión de ambos planos significa la evolución del hombre, de ese gesto que ha significado usar el hueso como instrumento se pasa a la nave espacial como último elemento de la cadena de aprendizaje. En este caso es el movimiento del objeto en el plano (hueso/nave espacial) el que provoca la continuidad de la escena.
En el cine la elipsis supone un salto en el tiempo o en el espacio y es una característica inherente al lenguaje cinematográfico pues confiere agilidad al relato eliminando aquellos bloques que no aportan información sustancial al relato. Por ejemplo, si un personaje sale de su casa para ir la cine, mediante la continuidad a través del montaje de los dos espacios (casa y cine) entendemos que el personaje se ha desplazado de un lugar a otro, obviando el trayecto. Las elipsis cinematográfica puede incorporar también elementos sonoros (voces de los personajes, voz en off, efectos de la banda sonora) o elementos gráficos a través de rótulos en pantalla (“un mes después”, “diez años más tarde”).
Pero cuando la elipsis tiene verdadera importancia es cuando trasciende más allá de su carácter instrumental y se convierte por sí misma en generadora de contenido. En la película de Kubrick tenemos la evolución del hombre representada a través de esos planos donde se une el lanzamiento del hueso con la nave espacial. Esta elipsis tiene un doble valor; en primer lugar elimina todo el periodo conocido por el hombre pues precisamente a Kubrick lo que le interesa es el pasado y el futuro, y en segundo lugar, la unión de ambos planos significa la evolución del hombre, de ese gesto que ha significado usar el hueso como instrumento se pasa a la nave espacial como último elemento de la cadena de aprendizaje. En este caso es el movimiento del objeto en el plano (hueso/nave espacial) el que provoca la continuidad de la escena.
2001, una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1969)
Afortunadamente el cine está plagado de este tipo de efectos. En el cine español tenemos una de las elipsis más hermosas que se puede ver en una pantalla. En la película El sur de Víctor Erice, el director utiliza una elipsis para mostrar el paso de los años representado el crecimiento de la protagonista que pasa de niña a adolescente. Para este caso Erice utiliza dos planos encadenados donde la niña se va por una alameda con la bici y en el siguiente plano, fundido con el anterior, nos muestra su regreso donde vemos que ha ha crecido. En esta escena se juega con los colores, el sonido y la profundidad de campo que se acrecienta por el efecto de los árboles, además de incorporar el perro que es un elemento más para insistir en el paso del tiempo . Pero lo más bonito de esta escena es que el director refuerza el efecto con ese fundido que a la vez que enlaza el espacio (un mismo plano en un mismo sitio) mientras escenifica el salto en el tiempo.
El Sur (Víctor Erice, 1983)
Y ya que está el rashomon de Ford en ENCADENADOS, ¿dónde dejar las elipsis de la muerte de la familia de Ethan a mano de los indios en "centauros del desierto", el duelo final de "La diligencia" o el inicio de la misión de la caballeria de la Unión en "Misión de audaces"?
ResponderEliminarLas elipsis son una de las esencias del cine. El cine de la nouvelle vague está llena de ellas. Se considera que el espectador es lo suficientemente inteligente para entender los saltos del tiempo. Un lenguaje muy diferente al televisivo donde se da todo mascado al durmiente espectador.
ResponderEliminar¿Para cuando un especial de Víctor Erice en vuestra revista?
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