Entre sombras de realidad

Enric Marco
Ex presidente de Amical Mathausen, la principal asociación española de deportados, y primera desposesión de una Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña. Todo ello, tras descubrirse que no era el resistente que decía ser. Que no estuvo en el campo de concentración de Flossenbürg. Y, por tanto, que no es el superviviente heróico que ha recibido la admiración de la gente y los honores de las instituciones.
Ex presidente de Amical Mathausen, la principal asociación española de deportados, y primera desposesión de una Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña. Todo ello, tras descubrirse que no era el resistente que decía ser. Que no estuvo en el campo de concentración de Flossenbürg. Y, por tanto, que no es el superviviente heróico que ha recibido la admiración de la gente y los honores de las instituciones.

Repudiada su primera autobiografía, ¿qué queda Enric Marco?

Con Ich Bin Enric Marco, Santiago Fillol y Lucas Vermal le ofrecen la posibilidad a Enric de reformular una segunda historia de vida embarcándose en un viaje a Alemania. Allí, confrontándose con los espacios por los que pasó realmente, entonces su verborrea sí enmudece. No hay nadie vivo que pueda reconocerle y apenas
queda un lugar tal cual se encontraba en 1942. E, incluso, apenas sabe chapurrear el alemán. Pero se sobrepone con rapidez para acaparar el primer plano. Ni una bibliotecaria alemana debe impedirle salir con dignidad del archivo que contiene sus cartas, escritas por él mismo y en perfecto alemán. Enric Marco sigue siendo el protagonista de una historia que, en manos de tan curtido superviviente de la narración, exige no ser desposeído del derecho a ser recordado.

Cuando la ficción interfiere en la realidad, surgen contradicciones difíciles de encajar. Puede que Enric Marco no haya sido el superviviente que decía ser, pero sus narraciones llenaban de lágrimas los ojos de quienes estaban ávidos por escuchar un drama. Porque, ¿qué es hoy en día el Holocausto? ¿Una fuente de inspiración para Roberto Benigni o John Boyne? ¿Una ruta turística, como insinúa la película de Fillol y Vermal, o Harun Farocki en Transmission (2007)? ¿Porqué no se cuestionan los reportajes banales que pretenden “transmitir” la historia en 30, 40 ó 55 minutos?

Esta bien eso de descubrir nuevas (desconocidas o extrañas)películas
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