Sobre Un tipo serio de Joel y Ethan Coen

Comentario de Juan Ramón Gabriel

Cartel de Un tipo serio La última película de los Coen es una inmersión en el microcosmos de la cultura y de la religión judía con el trasfondo de los EEUU del año 1967. Una mirada epocal a su adolescencia y al entorno histórico en que se desarrolló ésta. Esta dialéctica entre religión y contexto histórico les permite ilustrar, con una mirada nigérima, acerba y afilada, las tribulaciones que sufre un padre de familia, profesor de matemáticas a punto de consolidar su plaza académica, al tiempo que su primogénito se prepara para la ceremonia ritual de iniciación al judaísmo.

El escalpelo con el que practican la incisión a un código propio y sentimental alcanza tintes ontológicos: muestra el desamparo de un cuarentón felizmente instalado y el imprevisto derrumbe y demolición de su confortable estatus.

Fría, afilada y cortante, con un humor vitriólico y amargo, destripa el alma atormentada, la conciencia confusa y la sociedad corrompida que el tornado de la historia arrumbará sin contemplaciones, haciendo tambalear la solidez del mástil donde se izaba, orgullosa, la bandera americana.

Un prólogo críptico, desgajado aparentemente del núcleo de la narración, sirve como preámbulo al tenso y amargo conflicto entre razón y creencia, entre conocimiento y fe.
Un tipo serio

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