De Shutter Island: Amenabarazación

Escribe Juan Ramón Gabriel

Shutter IslandEs una lástima que la bruma de entre la que surge el barco en la secuencia incial de la película no sea capaz de ser disipida por el director a lo largo de la narración. Se esfuma del escenario, pero no del guión, perlando cada vez con mayor densidad una historia falsa y tramposa; disipándose, a los diez minutos, cualquier esperanza de que el barco narrativo arribe a buen puerto, en medio de una marejada que se quiere representación del delirio, tormenta psicótica y exorcización de un dolor medular, insoportable, pero que se trueca en una marejadilla artifical y engañosa: en una mera tempestad en un vaso de agua.

La puesta en escena rezuma el aroma propio de un filme que debía exhibir la vitola de "clásico", por su empaque formal, por su escenografía y diseño, por el arte de su director. Sin embargo, deviene huero, por las malas artes con las que ha sido trenzado: el entramado argumental dista mucho de lo clásico para arrimarse al vacío posmoderno, a la manipulación descarada, a la cáscara del pretexto (puro MacGuffin) sin el hueso del texto (convicción narrativa, humana y ética).
Las brumas que atenazan al protagonista (un recuperado y, nuevamente, madurado Di Caprio), sus demonios interiores, el dolor y su origen: la culpa enquistada en lo más recóndito de su ánimo, son anécdotas y no espina dorsal; son excusas y no genuina fuente ontológica.

Shutter Island
La representación de sus fantasmas son la (in)sustancia pata tejer un guión que es un trampantojo, un simulacro, una representación de la representación. Lo fallido de esta simulación, las mentiras de su enunciación dan al traste con el delirio y su dolor: lo trágico es risible, falaz, impostado. No hay sufrimiento: hay muecas y distorsiones del mismo.

La historia se sostiene sólo en los diez minutos iniciales: cuando el protagonista empieza el interrogatorio en el refectorio de la cárcel, aquélla se empieza a derrumbar cual castillo de naipes. El espectador soporta y espera y anhela que en algún momento dado se retorme o arranque el pulso; en vano, lo único que presencia es una ristra de secuencias que conducen, paso a paso, a un descabello narrativo. El golpe de efecto que clausura el filme, el recurso al deus ex machina con el que se quiere revertir el delirio en lucidez, en angustiosa sabiduría existencial, sólo aumenta el despropósito: llega demasiado tarde y extemporáneamente para instaurar un atisbo de verdad, en medio del maremágnum de mentiras por el que se nos ha hecho navegar.

Cabe destacar, por su inefabilidad, la escena en que el protagonista se introduce en una cueva y mantiene una especie de consulta con una especie de "pitonisa", en un remedo del "nosce te ipsum" del oráculo délfico. Bien cierto es que ahí radica el problema: en la incapacidad e insoportabilidad de aprehensión de tal aforismo por el hombre contemporáneo. Ahora, no es ese el problema del director, sino su incapacidad para representarlo mediante imágenes que de la trampa atrapen verdades; que del barro moldean figuras; que de lo falso extraigan sinceridad.

¿Habrá visto Scorsese las películas de Amenábar y, lo que es peor, le habrán gustado?
Shutter Island

Comentarios

  1. Es difil realizar películas que reflejen el mundo "mental". En el caso de la demencia uno de los primeros ejemplos, bastante logado además, fue "el gabinete del doctor Caligari". En periodos relativamente más cercanos se encuentra "suspente" de Jack Claiton...
    Scorsese no sabe separar esa dimensión que separa la realidad de lo pensado. Dice que es una película de encargo. En fin, quizás me equivoque pero pienso que es un filme a medias tramposo, equivocado, fallido. Aunque tenga momento conseguidos. Faltaría mas tratandose de alguien como él. Eso si DiCaprio es de uno de esos actores que a medida que "envejecen" son mejores.

    ResponderEliminar
  2. ¡Fantástica película! (la de Scorsese) ¡Extraordinaria!!! Yo hasta la propondría para hacer un concurso de jovencitos críticos...

    ResponderEliminar
  3. ...Es un decir. Como también el considerarla una estupidez para que babeen algunos que juegan a ser criticos. Más formalidad, por favor. S. I. es una película mediocre a la que pocos consideráin si la firma de Scorsese no apareciera en los créditos. Aparte, lo cual no es bueno, ni malo,es que en su atmósfera, debe bastante a "El cabo del miedo". Una película "super" es "El escritor", lo que tampoco quiere decir que todos los films realizador por Polanski sean maravillosos.

    ResponderEliminar
  4. ¿Un concurso de jovencitos críticos para hablar de ella? No se necesita, para ello, utilizar ese título. Es válido cualquiera. Sobre todo de una película de la que no conocieran casi nada (si eso es posible). Es la forma de evitar influencias. Pero el "copieteo" a la hora de enfrentarse a un film de Scorsese, Polanski, los Coen, Tarantino... puede ser de escandalo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Crítica de Mi nombre es Khan

La Filmoteca. Programación del 3 al 8 de marzo de 2020

Crítica de Fama