Crítica Sólo ellos


Nunca es tarde 1 2 3 4 5
Escribe Eva Cortés


Cartel de Sólo ellos

Scott Hicks, director de Shine, una película que narra las vicisitudes de un pianista con traumas familiares, vuelve con otra de carácter familiar, en coprodución entre Reino Unido y Australia.

Con Clive Owen como actor principal en el papel de Joe, la película nos acerca a la lucha de un hombre por sacar a sus hijos adelante tras la muerte de su esposa. El guión no presenta nada nuevo: embrollos masculinos, chistes fáciles, descontrol casero, hijos que se sienten olvidados por sus padres… nada nuevo.

Sólo ellosEl ritmo es lento y sobre todo al principio, el retrato de familia feliz desprende artificialidad por todos lados. Ese corresponsal deportivo que llega a casa tras su viaje donde le espera su mujer, hijo y suegros, todos en perfecta armonía. Sin embargo conforme avanza el filme, y gracias a la labor de los tres actores principales, el argumento cobra gracia, cariño y sentimiento haciendo que el espectador pase un rato, cuanto menos entretenido.

Quizás falta un poco de profundización en los sentimientos de Joe y de Artie (Nicholas McAnulty), su hijo. La muerte de su mujer se nos cuenta al principio en forma de flash-back y aunque a ambos se les supone un sufrimiento, realmente no se nos muestra tal. Si hay un momento donde Joe desesperado sale de casa y se sienta en medio del campo. Ahí sí nos transmite bien su sufrimiento pero es de las pocas veces que se profundiza en los sentimientos de los personajes.

Uno de los grandes aciertos del filme es la entrada en escena del hermano mayor Harry (George MacKay). Es el otro hijo de Joe, un hijo de una antigua relación que ha viajado desde Reino Unido para pasar una temporada con su padre.

Joe ha creado un hogar lleno de libertades donde casi todo está permitido. Harry por su parte se acostumbrará pronto a Australia, a su padre y a su nuevo hermano con una aparente madurez. Pero los fantasmas que trajo desde Inglaterra regresaran para que se replantee donde está su verdadero sitio. Harry hace madurar a Joe, es el encargado de equilibrar un poco el caos de la vida de Joe.

Joe aprende poco a poco a escuchar a sus hijos, a conocerlos, a ser un padre sino ejemplar, al menos aceptable.

Sólo ellosEl final es predeciblemente feliz. Lo que Scott Hicks pretende es darnos un soplo de aire fresco, que terminemos con una visión esperanzadora. Por muchas dificultades que se tengan, todo puede superarse.

Por suerte para la película la historia de amor entre la madre de un compañera de Artie y Joe no se desarrolla como el espectador tiende a suponer. Este hecho hace más atractivo el dulce, final del filme.

Así pues, a través de esta historieta familiar Scott Hicks nos habla de la difícil relación entre padre e hijos y el complicado camino de la buena educación. Al estilo de Shine. Además nos habla de superación y de búsqueda de la propia identidad, puesto que tanto el padre como el hijo mayor andan bastante perdidos en sus vidas.

Y bueno aunque Scott busca por momentos, sobre todo en la parte final de la trama, la lagrima, y la película apunta directamente al corazón de los espectadores, lo cierto es que tiene también momentos divertidos como la escena en que Artie está en la bañera de un hotel haciendo pompas.

Como ya he dicho, de lo mejor del filme son los actores y la estupenda fotografía. Australia con sus parajes, animales, es un escenario idílico para que se estrechen lazos que hasta el momento pendían de un hilo. En pantalla veremos incluso canguros en su estado más salvaje. Toda una delicia a los ojos del espectador.

Pese a todo Sólo ellos es un filme de sobremesa, amable, simpático y entretenido pero a fin de cuentas sin nada nuevo que contarnos y por lo que recordarlo. 

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