Crítica Reikjavík-Rotterdam
Escribe Gloria Benito

Tras el boom editorial y comercial desatado por la trilogía Millenium y sus correspondientes adaptaciones cinematográficas, no es de extrañar que cualquiera se apunte al carro de un supuesto género negro propio de los países nórdicos. A esta leyenda han contribuido tanto la editorial Tusquets, principal divulgadora de las obras del sueco Henning Mankel, como la nueva colección de RBA editores, que nos ha acercado a autores como el noruego Jo Nesbo o el islandés Arnaldur Indridason. Y si bien en estos tres últimos casos podemos hablar con cierto respeto de escritores que adecuan los requisitos del género a las sociedades contemporáneas, no podemos decir lo mismo de la celebrada obra de Stieg Larsson, un best-seller bien escrito y servido al gran público mediante una de las operaciones publicitarias y comerciales más productivas de los últimos años. Así que el director de este filme, Óskar Jónason (Mando a distancia), aprovecha el tirón de la estela Millenium y pretende endosarnos una pretendida historia negra con el gancho de Arnaldur Indridason como guionista. Si el lector adicto y fiel a un género que ya es clásico, inaugurado por Raymond Chandler y actualizado por Dennis Lehane y algunas de sus respectivas y respetables versiones cinematográficas como El sueño eterno y Mistic River, por ejemplo, que se vaya preparando para la decepción más absoluta. En esta película no reconocemos ni los personajes ni la atmósfera de las historias de Arnaldur Indridason. Nada de su antiheroico detective, el divorciado y solitario Erlendur Sveinsson que arrastra eldolor por su fracaso matrimonial y vital, a la par que soporta con desesperado amor paterno las violentas y decepcionantes desapariciones de su drogadicta hija Eva Lind. Nada de la humedad lluviosa y gélida que impregna la atmósfera de los espacios exteriores e interiores en que transitan los personajes, autores y perseguidores del crimen y la delincuencia, que habitan en una sociedad, paradigma de las que conforman la cultura occidental con cierto nivel de desarrollo económico.

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