Crítica de Todo lo que tú quieras

Ponte la peluca   2  3  4  5
Escribe Luis Tormo

Todo lo que tú quieras



Todo lo que tú quieras supone el regreso de Achero Mañas a la gran pantalla tras un paréntesis de ocho años desde su última película, Noviembre. Durante ese largo periodo, el director de El bola ha estado ocupado realizando publicidad, involucrándose en algún trabajo más tangencial a su cine como fue el encargo para llevar adelante un documental, Black White, sobre el proceso de paz en Irlanda del Norte y escribiendo diferentes proyectos.

Todo lo que tú quieras
De entre esos diferentes proyectos finalmente Achero Mañas se decidió por esta dolorosa historia familiar, y según contó en la presentación del filme en el Club Diario Levante de Valencia, el elemento clave que le hizo darse cuenta de que ahí tenía una película fue incorporar al guión el personaje del transformista. Con esta pieza que cierra el puzzle dramático, Mañas nos cuenta un relato que se adapta perfectamente al universo temático que ha desarrollado en su filmografía pues estamos ante una historia que nos habla de la infancia, del dolor que significa crecer, del proceso de cambio que se da en las personas y donde la representación como interpretación tiene un papel esencial. Leo (Juan Diego Botto) es un hombre volcado en su profesión de abogado, casado y con una hija, su vida transcurre con relativa cotidianidad hasta que la súbita muerte de su esposa le obliga a afrontar una situación que no puede controlar. El reto de compaginar el mundo laboral con un universo familiar roto y la angustia de cuidar y educar a su hija de cuatro años le supone una barrera infranqueable. El rol de sostén familiar, tradicionalmente asumido por la mujer, le viene grande a este hombre que parece sentirse más cómodo entre papeles y pleitos que en el hogar. Duro en su entorno profesional no parece capaz de afrontar la tutela de su hija entre las cuatro paredes de su casa.

Y lo que hasta cierto punto parece un relato ya visto en múltiples ocasiones, narrado eso sí con planos muy trabajados utilizando el formato ancho, toma un rumbo inesperado con una petición de la niña que por su reiteración termina superando al padre. Es el momento en que la película de Mañas decide poner en primer plano la metáfora frente a la narración convencional. Para que nos demos cuenta de la necesidad de cambio que debe sufrir el personaje, asistimos a su transformación física. Una petición infantil, la ayuda de Alex (el personaje que interpreta José Luis Gómez) y toda la vida de Leo gira repentinamente. Ante la llamada de auxilio que recibe de esa niña de cuatro años, el padre se lanza hacia delante cambiando una forma de pensar y de actuar que hasta ahora parecía tradicional y acomodada. Si hay que asumir la parte femenina, que mejor que efectuar una transformación a golpe de rímel, pintalabios y peluca y pincel. Y ese cambio de rumbo en el guión que transforma el filme se convierte paradójicamente en la virtud y en el defecto de esta película pues, por un lado, evita que el espectador asista a una narración ya contada, pero por otra parte, el peso de esa idea es tan fuerte que termina por enmascarar todo el relato. Además, el propio hecho de la transformación se convierte también en otra subtrama donde asistimos a una reflexión sobre el hecho de la representación y como ésta cumple un papel de transformación de la sociedad (uno de los temas de Noviembre).

Todo lo que tú quieras

Se abre entonces una brecha entre lo que sabemos que Mañas nos quiere contar, que es realmente interesante, y lo que vemos en la pantalla. Es la diferencia entre contar una historia  y transformarla en lenguaje cinematográfico pues en este caso la transformación arrolla la definición de los propios personajes y la continuidad de la historia. Esa falta de trazo de los personajes se deja sentir especialmente en los secundarios, esa enemistad/amistad repentina entre el transformista y Leo, la amiga que aparece y desaparece de una manera un tanto forzada y algunos elementos importantes que no se definen como es el súbito cambio que experimenta la niña en el hotel en el desenlace final.

Todo lo que tú quieras no es un filme redondo aunque hay que reconocer que Mañas ha apostado (además del guión y la dirección, también es el productor) por el riesgo, aventurándose por un camino sinuoso y donde indudablemente las posibilidades de salir trasquilado son mayores. No es poco en un cine español donde el éxito viene representado por productos como Lope. Esperamos que esos proyectos que Achero Mañas tiene entre manos no tarden ocho años en materializarse.



Todo lo que tú quieras
Achero Más durante la presentación de su película
en el Club Diario Levante de Valencia

Comentarios

  1. En mi opinión Archero Mañas ha filmado una gran película. Original e impredecible como hace tiempo no se veía en el cine español. Es una película Llena de emociones contenidas, de grandes interpretaciones y escenas que ponen la piel de gallina, como cuando Dafne le quita el maquillaje en el hotel con las sirenas de fondo. El cambio de la niña si creo está absolutamente definido. El hecho de que la apartan de su padre es lo que hace se de cuenta de que a él tambien le necesita. Archero en su linea nos emociona y demuestra que de las pequeñas historias se pueden sacar reflexiones interesantes. Aprovecho para daros mi enhorabuena a todos los Encadenados por la salida de vuestra revista a la red.

    ResponderEliminar
  2. Es cierto que la película está tiene escenas que denotan que detrás de la camára hay alguien que sabe y aprecia el cine. Me encanta un plano donde está el padre y la niña, en el sofa, con el retrato de la mujer en el lado derecho y la camára se va acercando a ellos, hasta que desaparece la foto de la mujer lo que acrecienta el efecto de desemparo y soledad de los personajes. Gracias por tus anotaciones que enriquecen el comentario.

    ResponderEliminar
  3. Creo que es una de las películas mas conmovedoras que he visto desde hacía mucho tiempo. Atrevida, y original como las dos pelis anteriores, El bola y Noviembre. La interpretación de la niña absolutamente sorprendente, y los demás actores estan magníficos. Espero que Achero Mañas tenga mucha suerte en su nueva etapa como director y productor. Me gustaría volver a verle como actor, así que, ánimo Achero, en la próxima dirígete a ti mismo y así completas el ciclo, como han hecho todos los grandes, desde Buster Keaton y Charles Chaplin a Bradford y Eastwood. Enhorabuena y adelante.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Crítica de Mi nombre es Khan

La Filmoteca. Programación del 3 al 8 de marzo de 2020

Crítica de Fama