The Walking Dead: una primera aproximación

Unos muertos muy vivos

Hemos visto los dos primeros capítulos de The Walking Dead, la serie basada en el cómic del mismo título y que viene precedida por el enorme éxito de audiencia cosechado en EE.UU. Las críticas y los comentarios también son muy positivos y todo ello ha motivado que la cadena AMC haya anunciado que pondrá en marcha la segunda temporada.

Teniendo en cuenta que hablamos siempre de esos dos primeros capítulos podemos decir que la serie plantea algunos aspectos destacables. En primer lugar tenemos el carácter adulto del relato, entendiendo por adulto no sólo el hecho de que vaya dirigida a personas de una determinada edad sino que la serie considera al espectador adulto, por lo que se introducen detalles que el espectador debe saber interpretar. Es por ello que en el primer capítulo, el episodio piloto (más largo que el segundo), la serie es más visual que dialogada y ese aspecto hace que los recursos estilísticos tengan que ser la mejor herramienta para trasmitir al espectador lo que se quiere contar. El paso del tiempo viene dado por unas flores secas o un reloj parado, las relaciones familiares se explican encadenando una escena y una foto y en general, los movimientos de cámara como los travellings, las panorámicas o el empleo de la grúa crean la tensión necesaria. En este sentido vale como ejemplo el plano ascendente, con el que termina el primer episodio, y que con ese solo movimiento incrementa la angustia del momento pues de un primer plano pasa a una toma general que muestra la situación dramática del personaje principal. En este primer episodio la violencia está controlada y el suspense viene provocado más por esos pequeños detalles que hemos comentado (el pomo de la puerta que se mueve, algún ruido), lo que provoca que al final, el mero hecho de entrar en una casa o andar por el campo provoque la tensión.

Es también interesante algún montaje en paralelo que intenta estructurar de una manera diferente la acción, así tenemos el momento en que el personaje de color quiere acabar con su mujer que ya es un muerto viviente (aunque no será capaz de hacerlo) mientras el protagonista liquida a su vez a una mujer que parece ser conocía antes de la extraña epidemia para liberarla de su terrible estado.

La serie, además, cuenta con una proliferación de medios para la ambientación que le da un aspecto muy cinematográfico, aunque debería de cuidar algún descuido inoportuno como son las cerillas con las que el personaje principal ilumina las oscuras escaleras antes de salir al exterior del hospital y que no sabemos de donde han salido.

El segundo episodio, por la proliferación de los personajes que se van incorporando a la serie, ya tiene una presencia mayor del diálogo y el modelo remite a formatos ya conocidos, es decir, el grupo de supervivientes que se va organizando para salvar el escollo y donde tenemos un amplio espectro que intenta representar a la sociedad (blanco, negro, racista, cobarde, valiente, egoísta, etc.). Dentro de este episodio algún hallazgo interesante como el paseo entre los muertos y otra vez un plano final donde la cámara vuelve a tomar distancia para aislar a un personaje.

Tendremos que ver como evoluciona la serie pues el peligro estriba en caer en caminos ya recorridos por un género que cuenta con innumerables referencias de este estilo.